Este sábado 8 febrero 2014 Antonio Gala titula ‘Dudas reales‘ su tronera en El Mundo.
Para paliar las dudas sobre la corona, si bien no todas, abdicó Juan III sin llegar a ceñirse con ella la cabeza. Si don Juan fue monárquico –y yo siempre estuve a punto de creérmelo– quizá debería reflexionar Juan Carlos. Las cosas pocas veces suelen ser como queremos. Y, a veces, las forzamos y las estropeamos.
Añade:
Entre la ley sálica, vigente si conviene (¿reinar una mujer? Sí: ¿la Infanta primogénita o la hija mayor del Príncipe?), y la cojera real, la monarquía española no ve claro. Habría que dar ejemplo en estas borrosas circunstancias. No mañana, pero dentro de poco, el Rey debe mirar a su alrededor y convencerse de que el punto y aparte no es el punto y seguido. Tienen en común que ninguno de los dos provoca cambio de página. El momento no es bueno. Nadie, de arriba ni de abajo, debe dar motivo para arrancar ninguna. Los días son proclives sin embargo.
Y concluye:
Nunca he sido monárquico, pero sí reflexivo, respetuoso, solidario, español como el que más, agradecido con quien se lo merece y fiel sostenedor de cuanto amo. A costa de mí mismo y España sobre todo. Ni para mí ni para ella son estos los mejores momentos.
