Este sábado 8 febrero 2014 Ernesto Sáenz de Buruaga titula ‘Mujeres valientes‘ su columna en la última página de El Mundo.
Era un día cualquiera. De esos que cuando la rutina todo lo invade es la mejor señal de que la vida transcurre por la línea marcada. Pero en cuestión de segundos lo que parecía controlado sufre el vértigo de lo impredecible. Mayte y María, la mujer y la hija de mi compañero en la Cope Paco González, acababan de dejar a Iñigo, su hijo, en el colegio. Un hombre se monta en el coche con un cuchillo. Mayte se ofrece a darle dinero y dejarle el auto. La respuesta seca como un puñal: «No quiero nada, vengo a matarte». Lo intentó y a punto estuvo de conseguirlo. Una segunda persona, una mujer obsesionada con Paco, se subió al coche para que nada fallara.
Añade:
Mayte y María son dos mujeres tan extraordinarias como valientes. Les plantaron cara. Ni heridas se amilanaron. Reaccionaron de la única forma posible que las permite seguir respirando. […] En unos días volverán a la bendita rutina. Lejos del ruido mediático tendrán que luchar para que todo siga como antes siendo todo diferente.
Y concluye:
¡Que pedazo de mujeres tienes en casa, Paco!