Este domingo 9 febrero 2014 Juan Pablo Colmenarejo titula ‘El juzgado exterior‘ su columna de opinión en el diario ABC.
Cuando hay más periodistas que manifestantes, mal asunto. A la información se ha unido el espectáculo y cada vez es más habitual en esta España nuestra que se reúne en lo alto de una rampa una mañana de sábado. Desde que la Infanta Doña Cristina tomó la decisión de no recurrir y por fin dejarse caer por la cuesta abajo del juzgado de Castro comenzó el debate en los medios de comunicación sobre la manera en la que la hija del Rey tendría que recorrer los últimos metros antes de atravesar el umbral de la puerta de la sede judicial.
Añade:
Lo demás ha dado igual porque es muy aburrido explicar en qué consiste la imputación o cuál es el horizonte penal de quien ha declarado desde las diez de la mañana y hasta las seis y media de la tarde demostrando que para la Justicia no hay límites en democracia. Lo relevante era el patio público y el derecho al insulto y al escarnio.
Y concluye:
Nos hemos acostumbrado a condenar de antemano y los medios de información no hemos sido capaces de trasladar a la opinión pública que aunque la justicia es lenta dicha parsimonia no anticipa la condena. En España nos hemos cargado la presunción de inocencia y la hemos sustituido por la «pena del telediario».
