Este lunes, 17 de febrero de 2014, Graciano Palomo publica en El Plural una columna titulada ‘Navarra en la encrucijada’ en la que arranca diciendo:
Un presunto delito de corrupción y tráfico de influencias por parte de la vicepresidenta de gobierno foral de Navarra ha puesto en circulación el viejo problema que el Viejo Reino tiene con la eterna presión abertzale y nacionalista expansionista vasca.
Añade que:
Todos los indicios apuntan A que la nueva crisis puede trastocar por completo el panorama político en un territorio clave para la estabilidad de España.
Y concluye:
Parece claro que si BILDU llegara al poder en Navarra, el Viejo Reino se integraría en la Comunidad Vasca. Y sería legalmente porque la Constitución lo permite en este caso. La corrupción política e institucional, amén de provocar el desaliento de los ciudadanos, conlleva también este tipo de peligros: que la normalidad democrática pueda ser subvertida.