Este viernes, 21 de febrero de 2014, Raúl del Pozo escribe en El Mundo una columna titulada ‘Príncipe de Gerona’ en la que arranca diciendo:
El Congreso de los Diputados ha rechazado el proceso soberanista de Cataluña. Habrá picos de tensión hasta después del 2015 y al final, según los que están en el secreto, no hay más que dos alternativas, o pacto o insurrección, y los convergentes tan forrados y prácticos no se ven a sí mismos revolucionarios decimonónicos.
Añade que:
Hoy la crisis de la Corona es más evidente y visible en Cataluña. Algunos prefieren ponerse en la tarima con el Príncipe, no sólo por esa cursilada borbónica-catalana de Príncipe de Gerona -cuando ya no hay ni príncipes gitanos-, sino porque consideran a Don Felipe menos beligerante contra el nacionalismo que su augusto padre.
Y concluye:
A pesar del idílico panorama, no sé si hace bien el Príncipe metiéndose en el serpentario.