Este viernes, 21 de febrero de 2014, Fernando Jáuregui escribe en Europa Press una columna titulada ‘Los periódicos cambian de director; ¿y qué?’ en la que arranca diciendo:
Relevos en La Vanguardia, en El Mundo, en El País. Y alguno más que vendrá probablemente. En todos los casos, indefectiblemente, la interpretación primera, la más epidérmica, ha sido la de que se trata de cambiar la tendencia del periódico por otra más acomodada al actual Gobierno y a la actual situación ‘institucional’.
Añade que:
La verdad es que tanto en la casa del Rey como en el Ejecutivo he cosechado sendas negativas a esas presuntas presiones, que yo, personalmente, desde luego no podría demostrar.
Y concluye:
Convertir a los nuevos directores ‘a priori’ en marionetas de La Moncloa o de La Zarzuela, hacer de ellos una especie de intercambio, en el que una ‘dulcificación’ del tono busca un mejor trato por parte de los poderes, puede que resulte atractivo como apuesta conspiratoria, pero es probable que se aleje de la realidad.