Este sábado 22 febrero 2014 Jaime González titula Verificado: la de ETA era teatro su columna de opinión en el diario ABC.
-Le llamo en nombre de ETA, ¿es usted el verificador?
– Yes, my friend. Nice to meet you! (encantando de saludarle)
-Toma nota; queremos que verifiquéis que vamos a dar un paso decisivo.
– Oh, my god! (Dios mío); the day at last (por fin es el día).
-Apunta: vamos a entregar un fusil largo, una pistola y dos revólveres, además de unos cuantos explosivos.
– That’s all? (¿Eso es todo?).
-¡Tu limítate a verificar, que no se te paga por preguntar, amigo!
– Sorry, I didn’t mean to bother you (Lo siento, no era mi intención molestarle).
Añade:
Nos sentimos muy verificados, porque la rueda de prensa duró lo que se tarda en verificar un fusil, dos pistolas y un par de revólveres, «arsenal» que los verificadores -cómo lo verían- no se atrevieron siquiera a comentar.
Y concluye:
Yo sí: el arsenal de cualquier banda de aluniceros es mayor que el que los verificadores colocaron ayer encima de la mesa, y eso que distribuyeron con amplitud los espacios para darle porte, lustre y solemnidad a una verificación que pasará a la historia como el día en el que la comisura de los labios de los «mensajeros de la paz» pasó de ser transversal a quedarse a media asta.