Este miércoles, 26 de febrero de 2014, El Gran Wyoming escribe en Infolobre una columna titulada ‘Acerca del 23-F: somos como niños’ en la que arranca diciendo:
De lo que ocurrió aquel día sólo se sabe lo que se vio y lo que se oyó. Han pasado más de treinta años y todavía no estamos preparados para asumir una información de ese calado en esta democracia con libertad de expresión y de información en la que vivimos.
Añade que:
Por una razón extraña, ajena a la lógica, los españoles son tratados como entes pueriles a los que se les retrasa la verdad sobre los Reyes Magos, el Ratoncito Pérez y, ya puestos, de otros acontecimientos dramáticos que pueden perturbar su inestable psique, porque otros españoles que parecían normales antes de ser elegidos a través de la urnas para dirigir los designios de la Historia, una vez que toman posesión de sus cargos, quedan imbuidos de un grado de madurez que les permite y obliga a ser sufridores en exclusiva del daño que entraña la verdad.
Y concluye:
¿Y si finalmente descubriéramos quiénes fueron los verdaderos organizadores de la trama? ¿Cuándo seremos tan mayores que podremos escuchar las grabaciones que se hicieron de las conversaciones telefónicas de aquellas tarde y noche desde el Congreso de los Diputados que motivaron el arresto del general Armada?