La Marea de Pérez Henares

Rubalcaba es la peor herencia de Rubalcaba

Rubalcaba estuvo mejor que en el anterior debate del Estado de la Nación. El problema de Rubalcaba es que él, en si mismo, es la peor herencia de Rubalcaba. Es su propio pasado quien le hace imposible ningún futuro. Rubalcaba es el peor y más insuperable enemigo de propio Rubalcaba.

Entonces Rajoy cerró aquella sesión, a la que llegó con muchos desgarros y de la que salió fortalecido, espetándole ante sus peticiones de dimisión por el Caso Barcenas y por la angustiosa situación económica de España, que el sin embargo no se la pedía a él, que le agradecía que siguiera de líder de la oposición, vamos. Este año Barcenas no ha aparecido por el hemiciclo, se habrá sentido muy olvidado en su celda de Soto del Real, algo ha cambiado en la percepción de la crisis y en las esperanzas de recuperación. El rescate-embargo (“Dígalo conmigo, Res-ca-te”) en que se cebaba Rosa Díez, ha quedado fuera del guión y las exigencias de dimisión, la de manual de Cayo Lara aparte, no sonaban ni como eco en la carrera de San Jerónimo. Tampoco Rajoy le ha pedido a Rubalcaba que siguiera. Tal vez porque si algo ha emergido es que el lider socialista, siempre al borde del desahucio, piensa en seguir con las llaves de la casa PSOE en la mano. Su discurso lo ha sido tanto de campaña de europeas como un primer mitin de primarias del partido. Que eso si le ha salido bien a Rubalcaba con la parroquia y solo que había que ver los muy evidentes disgustos posteriores de sus oponentes internos. A lo mejor eso también, lo de que Rubalcaba siga siendo su rival en el futuro, le interesa a Mariano Rajoy. Y la escenografía del debate a que el bipartidismo no pase de sufrir un deslizamiento de tierras en vez de un catastrófico terremoto.

El discurso de Rubalcaba, en buena parte “robado” a I.U., agresivo y con aire de bajada a los infiernos de Dante, estuvo bien y efectistamente construido. Solo tenía un inconveniente. El único que no puede pronunciarlo es precisamente Rubalcaba. Porque su propia pregunta ¿En que país vive usted?, tiene una respuesta tan obvia que le deja sin credibilidad: Pues en el que dejó usted hace dos años y de cuyo precipicio se lucha desde entonces por salir.

El coche España, de siniestro total, con el motor gripado, el radiador echando humo, las ruedas pinchadas, cuesta abajo y sin frenos, sin gota de gasolina ni quien nos la fiara, que entregó el “conductor” Zapatero llevaba copiloto y no llega a tan enorme fragilidad la memoria de haberse olvidado del nombre, el de Alfredo Pérez Rubalcaba. Que se ofrezca ahora como mecánico de recambio no es como para tener confianza en ese taller.

El que los reparadores de Rajoy lleven dos años con él y no veamos que de verdad empieza a carburar es lo que acucia al gobierno y nos amarga a todos la existencia y lo que el presidente quiso explicar y esperanzar, porque por ahí, que se llaman millones de parados, es por donde está la única “marcha” que interesa de verdad. Lo otro es seguir parados y el paro es quien dictará quien sigue Talleres Moncloa en 2015. Un poco menos de la mitad del plazo final.

Ocultar que el motor “tose” y da síntomas de querer echar a andar es tan necio como lo fue el negar-que se negó- cuando hizo ¡crash!. Rescate superado, prima de riesgo, bono, confianza externa, fiadores, sector primario, exportación, automoción, turismo van a mejor. Cifras y datos que nadie puede negar. ¿Pero eso es Alicia en el Pais de las Maravillas?. Pues no. Rotundamente no. No se puede sacar pecho cuando tantas personas siguen transitando por la calamidad.

¿Pero es España el Infierno de Dante?. Pues tampoco. Ni triunfalismo ni Apocalipsis. Ajustes, recortes, despidos, bajada de salarios. Cierto. Pero no es verdad que se haya liquidado el estado de Bienestar. Tampoco se puede pintar que no haya sanidad ni educación, que se deje de atender a un enfermo o que haya niños sin escuela. Se ha mantenido integramente la prestación de desempleo y el mínimo de 450 euros para aliviar la exclusión social y las pensiones hasta han subido un migaja. Tampoco esto es la tiniebla total, pero millones de españoles lo están pasando mal, muy mal.

A lo que se ha comprometido, reiterada y solemnemente el Presidente, y eso es lo determinante del debate, es que vamos a ir a mejor. Y Rajoy va a ser esclavo de sus palabras y promesas. Que ha pasado lo peor y empieza la recuperación. Que se creará empleo y riqueza y que el año que viene más y mejor. Ese será el examen, bien claro y sin excusas, que habrá de pasar. El suspenso y el aprobado serán muy fáciles de determinar.

Para avanzar hacia ese objetivo se adelantaron dos medidas. Espero que como aperitivo de las que habrán de llegar. La exención de pagar IRPF a los salarios de 12.000 euros, del mileurismo para atrás y una rebaja de 50 E al mes a los que no lleguen a los 21.000. No me puede parecer mal. Al menos hasta bajar los que subieron nada más entrar. Más novedosa y atractiva es la tarifa plana de 100 euros mes para los contratos nuevos e indefinidos. Es la primera respuesta positiva a la necesidad imperiosa de alentar el empleo estable. Se abarató el despido. Era perentorio abaratar la contratación, la nueva contratación.

Ya han surgido críticas de insostebilidad. Pues la verdad es que la única insostebilidad cierta del sistema son los cerca de seis millones de parados. Cada uno que deje de serlo, y cuantos más mejor, supondrán en realidad dos. El que comienza ingresar y el que deja de sacar. Todo lo que por ahí se avance es positivo. Contra ambas medidas, partidismos aparte, poco se puede objetar. Y es algo de lo que alegrarse y esperar a comprobar.

Como habrá que comprobar quien ganó el debate, que es la pregunta pertinaz. Así, a primera vista, Rajoy con mejores datos-pais, sin abismos a sus pies y ofertando mejorías llevó las de ganar con la inestimable ayuda además de ese Rubalcaba prisionero de si mismo y su pasado. Pero este tampoco salió malparado sino revivido ante su parroquia, que era quizás su batalla principal. El superviviente Rubalcaba lo fue una vez más. Empezó su campaña de primarias y anotó. El marcador de las europeas será su siguiente Rubicón. Otro, y lleva mil, más.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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