Este vienes, 28 de febrero de 2014, Andrés Aberasturi escribe en Europa Press una columna titulada ‘Que Bruselas se moje de una vez’ en la que arranca diciendo:
En una imagen tal vez poco afortunada, el presidente de Melilla, Imbroda, dijo que si las Fuerzas de Seguridad del Estado no podían hacer uso de los medios disuasorios, pondría azafatas en la frontera para dar la bienvenida a los inmigrantes.
Añade que:
Pero esa declaración, sin duda exagerada, no deja de tener un fondo de verdad porque el problema -y lo llevamos viendo muchos años, los suficientes como para haber aprendido- no tiene una solución a corto plazo y menos aun si Bruselas no sólo se empeña en no admitir este asunto como suyo sino que además pide cuentas sobre las actuaciones a los países que son «su» frontera con África, la frontera de la propia Europa
Y concluye:
Lo que desde luego no es de recibo es dejar a Italia y a España solas ante el problema y encima pedir explicaciones de sus conductas.