Que nos libre la vida del que viene hacia ti con el dedo levantado
Este 2 marzo 2014 Juan Cruz titula La pena de culpa su columna de opinión en el suplemento Domingo de El País.
Ya sabe todo el mundo que el único condenado en firme (como culpable) en el caso Gürtel es el juez que lo inició, Baltasar Garzón, y que circula una petición de indulto para que este hombre, que ahora ejerce de abogado internacional volante, reingrese en la carrera de la que lo han desposeído sus propios compañeros.
Añade:
Y por ahí, digo, ha andado el tráfico del indulto, que parece que está acabando muy mal, tanto que el abogado que fue juez le dijo a Natalia Junquera, de este periódico: «El tribunal quiere humillarme permanentemente. ¡Que me dejen en paz!». Pues no lo van a dejar en paz […]. No lo dejarán en paz porque lo quieren culpable; les viene mejor su culpa que perdonarlo, eso está claro.
Y concluye:
Pero ahí es donde se produce mi duda, o mi ingenuidad: ¿no se acaba la culpa nunca? Se le tiene que ver que se arrepiente, le dicen. ¿Cómo tiene que lavarse la culpa, con más pena? Si es así, yo entiendo más a Garzón que a la justicia. ¡Que lo dejen en paz!