Este jueves, 6 de marzo de 2014, Antonio Casado escribe en El Confidencial una columna titulada ‘Una temararia defensa del Barça’ en la que arranca diciendo:
No me sumo a la lapidación del presidente del Consejo Superior de Deportes. Me crearía un problema de conciencia, al no haber criticado antes a quienes hicieron y siguen haciendo exactamente lo mismo que Miguel Cardenal: poner la mano en el fuego (su artículo «Orgullosos del Barça») por alguien o por algo que está sometido a la acción judicial (por el Barça en este caso),
Añade que:
Es normal el interés de un gobernante por preservar el buen nombre de las instituciones. O el de un dirigente político por la buena imagen del partido, cuando sus siglas aparecen asociadas a un escándalo de corrupción.
Y concluye:
Sobre la base de que «el FC Barcelona es un activo fundamental de la marca España» (¿alguien va a discutir eso?), Cardenal se rebela contra la «desmesura»