Este lunes, 10 de marzo de 2014, Juan Ramón Lucas escribe en Infolibre una columna titulada ‘La culpa es suya por querer engañar a la banca’ en la que arranca diciendo:
Ese jubilado es mi padre, o soy yo mismo, que paso el ecuador de los cincuenta. Los hombres que gritan, que insultan a Blesa y meten en el saco de su ira a Rajoy, que vacían su rabia y su impotencia sobre el duro metal del coche, que estrellan sus palabras y sus puños cansados sobre el blindaje del Mercedes del banquero, tienen hijos, quizá nietos y es posible que nunca participaran en manifestaciones ni hubieran querido salir jamás del amable confort del anonimato sin complicaciones.
Añade que:
Los funcionarios ahorradores, las viudas que estiraron la pensión, los jubilados que se privaron de una vida más cómoda no son víctimas, según este relato, sino responsables impulsores de su propia ruina.
Y concluye:
Ellos no engañan, somos nosotros los que queremos engañar a la banca. Esos jubilados que lo perdieron todo y ahora gritan su frustración en la cara del presunto ladrón de cuello blanco.