Este 17 de marzo de 2014, David Torrés escribe en Público una columna titulada ‘La demolición de la enseñanza’ en la que arranca diciendo:
Nunca deja de sorprenderme la capacidad de los madrileños para votar por encima de sus posibilidades. Cuando Gallardón ascendió a ministro de Justicia, Ana Botella heredó la vara de alcalde como quien hereda una cafetería
Añade que:
Por su parte, Esperanza Aguirre decidió tomarse unas vacaciones de sí misma, dejando al frente del tenderete a su grumete Ignacio González para que siguiera en la dura tarea de la privatización hasta que su ego regresara a hacerse cargo del negocio.
Y concluye que:
Ferrán Adriá (que hizo mierda una tortilla de patatas disgregándola en sus elementos fundamentales para después embutirlos en una copa) nunca se pudo imaginar que la deconstrucción iba a llegar también al urbanismo, a la sanidad y a la educación.