Este 19 de marzo de 2014, José Antonio Zarzalejos escribe en El Confidencial una columna titulada ‘Rajoy y Job, ¿paciencia o procrastinación?’ en la que arranca diciendo:
Escribió Calderón de la Barca que es afortunado «el hombre que tiene tiempo de esperar»; y una sentencia popular dictamina que «quien esperar puede, alcanza lo que quiere».
Añade que:
Parecería que estas frases se refiriesen a Mariano Rajoy: el hombre que, sabe, puede y quiere esperar. Esa es su estrategia casi permanente y forma parte de su previsibilidad imprevisible
Concluye que:
Y la está practicando con una perseverancia -y con un riesgo- que invita a interpretaciones diversas. Para unos es la espera de un hombre perplejo; para otros, la de un político al que nadie le marca los ritmos de sus decisiones.