Este 20 de marzo de 2014, José María Calleja escribe en eldiario.es una columna titulada ‘Comida golpista’ en la que arranca diciendo:
Hay dos posibilidades. Dos posibilidades igualmente lamentables. El ministro del interior y el director general de la Guardia Civil se enteraron en el momento, o pocos días después, de que el pasado mes de febrero, en el cuartel de la Guardia Civil de Valdemoro, el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero Diez, hijo del teniente coronel golpista, Antonio Tejero Molina, había hecho una comilona homenaje de reconocimiento a los golpistas del 23-F de 1981.
Añade que:
Segunda opción, el ministro del Interior y el director general de la Guardia Civil no se habían enterado de ese acto golpista, hasta que un redactor de El País llamó al Ministerio para contrastar la información.
Concluye que:
El haberse enterado del acto golpista y no haberle dado importancia, debería suponer, también, la dimisión de ambos.