Este 24 de marzo de 2014, Alejandro Vara escribe en Vozpópuli una columna titulada ‘¿Hay nacionalistas buenos?’ en la que arranca diciendo:
«Desengáñese -le dijo Carrillo a Suárez antes del Sábado Santo rojo en el que legalizó el PCE- en este país sólo hay dos políticos: Usted y yo».
Añade que:
Adolfo Suárez era otra cosa. Audaz, valiente, intuitivo y un gran seductor. Y al igual que Santiago Carrillo, era un gran iletrado. Le dijo una vez Senillosa a Tarradellas: ‘Pero President, tenemos en el Gobierno de España un señor que no ha leído nada». Y el sabio Tarradellas respondió: «Y esa suerte tenemos, imagínese si además lee».
Concluye que:
Carrillo tertuliaba en la Ser y escribía libros pasmosos sobre eurocomunismos y zarandajas. Tenía envidia de Semprún, alto, guapo, intelectual y comunista. «Carrillo exhibía una cultura raquítica, epidérmica. Menos que mínima