Este 1 de abril de 2014, Ramón Pi escribe en La Gaceta una columna titulada ‘Las vallas, debate sin fin’ en la que arranca diciendo:
El debate sobre las invasiones recurrentes de las fronteras europeas de Ceuta y Melilla con Marruecos se prolongará de forma indefinida mientras por un lado las autoridades no definan con precisión qué es lo que quieren que ocurra -o que no ocurra- allí, y, por otro, mientras los partidos políticos españoles utilicen este asunto como arma para la demagogia electoralista a que se dedican con tanta afición.
Añade que:
De los partidos que tenemos no cabe esperar un comportamiento distinto al que ya es crónico en ellos; así que, por este lado, vamos mal. En cuanto al objetivo de im-permeabilizar esas fronteras, las apariencias inducen a pensar que las vallas obedecen al designio de que no pase nadie de Marruecos a la Unión Europea sin los papeles correspondientes
Y concluye que:
Parece que nadie, ni en Bruselas ni en Madrid, está dispuesto a asegurar una impermeabilización efectiva de esas fronteras