Este 2 de abril de 2014, Ely del Valle escribe en El Semanal Digital una columna titulada ‘Los títulos nobiliarios que se les negaron a Zapatero y a Aznar’ en la que arranca diciendo:
Hay países, como Reino Unido, en los que es habitual premiar con un título nobiliario a los expresidentes de Gobierno. En el nuestro, la tradición que recuperó Don Juan Carlos al nombrar duque de Suárez al artífice de la transición y marqués de la Ría de Ribadeo a Leopoldo Calvo Sotelo, se rompió cuando Felipe González decidió renunciar a bordarse la corona de un marquesado en el ajuar y posteriormente, cuando a Aznar nadie le dio la oportunidad de hacerlo.
Añade que:
Con Zapatero hay informaciones contradictorias: desde que en 2011 se interesó por el asunto, por si algo caía, hasta que la posibilidad de una distinción estaba en la agenda real, pero que el presidente que consiguió elevar sus cejas a categoría de símbolo de la modernidad, se adelantó a los acontecimientos rechazando lo que todavía nadie le había ofrecido.
Y concluye que:
Si algo caracterizó a Zapatero durante sus «inolvidables» años como primer mandatario fue una megalomanía producto, seguramente, del ya famoso síndrome de Peter Pan
