Este 4 de abril de 2014, Esther Esteban escribe en Europa Press una columna titulada ‘Javier, Ricardo y los demás’ en la que arranca diciendo:
Los periodistas somos una tropa peculiar. Los hay valientes y cobardes, los hay obtusos e inteligentes, los hay astutos y escurridizos, pendencieros, tramposos… y los hay héroes en la verdadera acepción de la palabra
Añade que:
A esa selecta «tribu» pertenecen Javier Espinosa y Ricardo García Vilanova. A Javier le conocí hace muchos años, cuando era un «pipiolo» que empezaba en el oficio y como los dos trabajamos para El Mundo, siempre le he seguido la pista y aunque a Ricardo no le conozco ambos me resultan igual de cercanos y familiares.
Y concluye que:
Cuenta Casimiro Garcia Abadillo que cuando fue a recibir a los compañeros al aeropuerto Javier se le acercó a abrazarle con una sonrisa y le dijo sin más «perdóname por esos seis meses que he estado sin poder escribir» y ¡claro! al director de El mundo se le pusieron los pelos como escarpias y luego escribió lo sucedido con el sugerente título de «Se llama Periodismo». Lo mismo le ocurrió a Pedro J. Ramírez que en su despedida del periódico lamentó profundamente no estar en el puente de mando el día que liberaran a los periodistas.