Este 9 de abril de 2014, David Torres escribe en Público una columna titulada ‘Robinsones catalanes’ en la que arranca diciendo:
Más que de saber hablar, el diálogo es el arte de saber escuchar; sólo prestando mucha atención se puede erigir un edificio racional o desbaratar una empanada. Este último era el método que empleaba Sócrates, quien solía aprovechar los fallos argumentales de sus interlocutores para irlos llevando, silogismo a silogismo, a un callejón sin salida
Añade que:
Si Artur y Mariano emplearan la lógica, o al menos la mayeútica, no sabemos si acabarían de acuerdo pero al menos saldría un encuentro de sus desencuentros.
Y concluye que:
Verlos patinar con las manos a la espalda, silbando cada uno en una pista de hielo paralela, condenados a no rozarse por toda la eternidad, da mucho apuro, mucha vergüenza ajena y también mucha risa