Este 10 de abril de 2014, Kiko Méndez-Monasterio escribe en La Gaceta una columna titulada ‘El segador de tempestades’ en la que arranca diciendo:
La independencia catalana lleva décadas en el horizonte, que es la estantería donde se colocan las cosas inalcanzables, como las galletas de chocolate en las casas con niños.
Añade que:
Alguien, en algún momento, tendrá que hacer algo con Cataluña. Algo que no sea insultar a los catalanes, pero tampoco seguir raspándose las rodillas ante los separatistas de butifarra y tres por ciento, esa mezcla de vulgaridad aldeana y corrupción institucional que es el nacionalismo.
Y concluye que:
Se equivocan los que creen que el problema catalán lo acabará arreglando Europa