Este viernes 18 abril 2014 Quim Monzó titula El mercado ovino y la FAI su columna de opinión en La Vanguardia.
Ahora, en Catalunya se consume un tercio del cordero que se consumía cuatro décadas atrás: “Y eso es algo que el sector de la carne de Mercabarna quiere cambiar. Y quiere empezar a hacerlo esta misma Semana Santa porque, al fin y al cabo, era una de las épocas del año en la que esta carne era plato principal”. Poca gente recuerda ya que comer cordero por Pascua era habitual en estos días.
Añade:
En estas últimas cinco o seis décadas, muchos urbanitas han acabado por considerar el cordero como una comida campestre. Piden cordero cuando se van a la Cerdanya, al Empordà o a los Pallars, como si en Can Fanga no pudiese comerse. Prueba de ese distanciamiento es que, en Barcelona, a este animal siempre se le había llamado be –como lo llaman corder en otros lugares, o xai en otros–, pero cada vez menos barceloneses llaman be al cordero. Han acabado por entenderlo como una comida de un exotismo rural.
Y concluye:
El avance progresivo del catañol (y los problemas con las es abiertas y cerradas) han hecho que la dificultad de diferenciar be (cordero) y bé (bien) haya tenido un papel fundamental. Cualquier día de estos saldrá, en alguna radio o en algún diario, un listillo que dirá: “I un xai negre amb potes rosses!”. Si ahora hubiese faieros, asesinarían al periodista Josep Maria Planes por dirigir el semanario El Xai Negre.