Este 22 de abril de 2014, Javier Benegas escribe en Vozpópuli una columna titulada ‘Europa y las elecciones difuntas’ en la que arranca diciendo:
Se tomó su tiempo Mariano Rajoy para adjudicar con su dedo divino la gracia de ser el número uno del Partido Popular a las elecciones al Parlamento Europeo del próximo 25 de mayo
Añade que:
Con ese estilo ya familiar, que oscila entre la prepotencia sordomuda y el caciquismo decimonónico, Rajoy volvió a dejar meridianamente claro que en este régimen ya no hay que guardar ni las formas, que los nombres propios no importan, y aún menos los candidatos.
Y concluye que:
Él siempre ha tenido muy claro que lo que importa es el partido. Porque más allá está la nada. Y si no me creéis -parece advertir a sus camaradas-, mirad el frío que están pasando ahí afuera. Así que regocijaos y contemplad cómo balanceo mi dedo.