Este 23 de abril de 2014, Ramón Pi escribe en La Gaceta una columna titulada ‘¿Diálogo? ¿Qué diálogo?‘ en la que arranca diciendo:
Si imaginásemos una secesión de Cataluña o el País Vasco como salida, de una vez por todas, de esta pesadilla, seguiríamos sin resolver nada.
Añade que:
A poco que se piense se llegará a comprender que el diálogo entre un Gobierno que de ninguna manera aceptará la desmembración de España y un partido separatista que de ninguna manera renunciará a la independencia es, sencillamente, imposible que llegue a ninguna zona de encuentro.
Y concluye que:
La única solución que se me alcanza es que se produjera un cambio de mentalidad en la población civil que alejase democráticamente del poder autonómico a los partidos que propugnan la secesión.