Este 9 de mayo de 2014, Federico Quevedo escribe en El Confidencial una columna titulada ‘¿Campaña electoral y juego limpio? ¡Imposible!‘ en la que arranca diciendo:
El próximo 25 de mayo los ciudadanos de toda Europa están llamados a votar para elegir a los eurodiputados que van a ocupar el nuevo Parlamento Europeo surgido de las urnas. Los españoles también. Sí, aunque no lo parezca. De un tiempo a esta parte todas las campañas electorales que tienen lugar en nuestro país se suceden bajo el prisma negro de la corrupción, y esta no podía ser menos.
Añade que:
Si las cosas fueran normales, de lo que tocaría hablar en esta campaña electoral sería de Europa, de cómo influye en nuestras vidas y de lo que cada partido propone para que desde las instituciones europeas se mejore la calidad de vida de los ciudadanos españoles. Pero eso es una quimera.
Y concluye que:
Y esto es en verdad algo de lo que hay que preocuparse porque bien es verdad que la corrupción es uno de los problemas importantes de este país, pero no el único, y sin duda nuestra presencia en Europa y el papel que jueguen nuestros eurodiputados en sus instituciones va a influir, y mucho, sobre la resolución de los mismos.
