Este sábado 10 mayo 2014 Pedro G. Cuartango dedica a Arias Cañete y Elena Valenciano su columna Vidas paralelas en El Mundo con un texto titulado Engaño puramente visual.
Fue el sociólogo americano Daniel Bell quien, a comienzos de los años 60, acuñó la idea del final de las ideologías. Bell profetizó el advenimiento de una sociedad tecnocrática en la que el debate político sería desplazado por la tiranía de la gestión. Y esto es lo que ha sucedido y lo que podemos ver en el comienzo de esta campaña electoral en la que el ruido mediático de los candidatos oculta la ausencia de alternativas y la confrontación de ideas.
Añade:
Arias Cañete, el cabeza de lista del PP, habla en todos sus mítines de «la herencia envenenada» del Gobierno de Zapatero y Elena Valenciano, la candidata del PSOE, pone el énfasis en la sumisión de Rajoy a los dictados de la troika. Son dos clichés fácilmente vendibles en el mercado de la política pero que, a fuer de simplistas, no significan nada.
Y concluye:
No se engañen los lectores. Da igual votar a Arias Cañete que a Valenciano porque sus partidos van a seguir haciendo las mismas políticas sin cuestionarse los fundamentos de una Europa que se está autodestruyendo por el menosprecio a las ideas y las personas y el culto al mercado como medida de todas las cosas.
