Este 14 de mayo de 2014, Ely del Valle escribe en El Semanal Digital una columna titulada ‘Lo que esconden los comentarios sobre la presidenta asesinada’ en la que arranca diciendo:
Los hay que son malas personas y además cobardes, y luego están los malos y tontos.
Añade que:
Al primer grupo pertenecen quienes escudados en el anonimato, destilan un odio enfermizo que les hace desear la muerte de Cristina Cifuentes, alegrarse del asesinato de la presidenta de la Diputación de León o jalear y justificar las agresiones a políticos por el mero hecho de serlo.
Y concluye que:
En el segundo están los enfermos de la misma amargura desquiciada que además van y firman sabiendo que se les va a caer el pelo. Es el caso de las dos diputadas gallegas del PSOE obligadas por su partido a presentar la dimisión por tuitear lo que no deben pero sienten