No soportar a los humanos en vivo y en directo me libra de soportarlos en «red social» y con faltas de ortografía
Este jueves 15 mayo 2014 Gabriel Albiac titula Internet bárbara su columna de opinión en el diario ABC.
Es de rigor constatar que las leyes son anacrónicas en ese mundo digital que hoy reduplica el mundo. Y que, unos igual que otros, ciudadanos como Estados, operan en la red con la ausencia de norma que define a la barbarie. En internet no existe garantía. Cualquiera que posea control de su nudo puede violar cuantos derechos se le antoje; con bajísimo riesgo de tener que rendir cuentas.
Añade:
Y ese cualquiera puede ser una empresa monopólica, como de hecho lo es Google, mediante el indoloro mecanismo de pagar sus abusos en comodidades y en uso gratuito para el abusado. Y ese cualquiera puede ser el avispado que sepa sumergir su arte telemático en las zonas de sombra que la red protege y desde las cuales casi todo es posible. Puede serlo también –lo es, por supuesto– todo Estado que entienda hasta qué punto invertir en internet es hacerlo en la más eficiente máquina de control y poder jamás imaginada. Estamos en los inicios.
Y concluye:
Para desear un veneno es necesario que el placer que su ingestión dispensa sea muy alto. Y muy inmediato. Tanto como para enmascarar sus consecuencias. Tanto como para no dejar tiempo a calcular el coste.
