Este 16 de mayo de 2014, Esther Esteban escribe en Europa Press una columna titulada ‘Odio, venganza y política’ en la que arranca diciendo:
Hace unos días, en una crónica de sucesos sobre el asesinato de una mujer de nacionalidad nigeriana, ocurrido hace años en Madrid, el periodista que lo escribía comentaba que lo más frustrante para una investigación de homicidios es saber quién es el asesino y no poder demostrarlo
Añade que:
No sé por qué me he acordado de esta historia tras conocer la noticia del terrible asesinato de la presidenta de la Diputación y del PP de León, Isabel Carrasco, y, sin quererlo, he pensando en el esposo y padre de las presuntas asesinas Montserrat González Fernández y su hija Triana Martínez González.
Y concluye que:
Evidentemente ningún asesinato tiene sentido, pero sólo desde la premeditación y la frialdad más absoluta se puede esperar algo así.