Este 9 de junio de 2014, Federico Jiménez Losantos escribe en Libertad Digital una columna titulada ‘39 años de Transición y otro de improvisación’ en la que arranca diciendo:
El juancarlismo ha hecho tanto daño a la monarquía reinstaurada por Franco que, tras la súbita e inexplicada abdicación del que fuera heredero del Caudillo a título de Rey, y luego, dígase ahora lo que se diga, monarca constitucional refrendado por las urnas mediante el referéndum de 1978 y asistido por unos partidos políticos y una opinión pública que, en general, se desentendieron durante treinta años de la forma de Estado -de 1975 a 2005-, ahora tiene a la nación dividida sobre la continuidad de la Corona.
Añade que:
Franco le dejó a Juan Carlos una institución polvorienta y, a la vez, inédita, cuya eficacia para pasar de la Dictadura a la democracia resulta indiscutible
Y concluye que:
Lo malo para la Corona es que el Rey ha basado su legitimidad en su papel en la Transición y en la descarada manipulación del Golpe del 23-F.

