Este 10 de junio de 2014, Antonio Casado escribe en El Confidencial una columna titulada ‘Esos brotes de republicanismo‘ en la que arranca diciendo:
Absurdo, inoportuno, marginal, minoritario, inútil y, sobre todo, totalmente ajeno a las preocupaciones de los españoles. Eso me parece el debate, artificial donde los haya, sobre monarquía o república, en vísperas de la votación de los diputados habilitada para dar salida a la abdicación del Rey.
Añade que:
El debate resulta dañino porque parte de la malversación de un trámite legislativo. Se aprovecha el lance meramente instrumental -cauce jurídico a una decisión personal del Monarca- para desenterrar un clásico de la memoria histórica felizmente superado por los españoles.
Y concluye que:
Pero que no hagan trampas porque lo que se vota mañana no es monarquía o república. Eso ya lo decidió el pueblo español en 1978. Ni siquiera el procedimiento sucesorio, que está perfectamente reglado en la Constitución.