Este 12 de junio de 2014, Montserrat Nebrera escribe en Vozpópuli una columna titulada ‘Una lectura conspiratoria de los sucesos recientes‘ en la que arranca diciendo:
Tampoco es casual la sucesión de dimisiones a las que hemos asistido en España en las últimas semanas y que, si todo sigue el hilo del argumento trazado, no habrían de ser las últimas: dimite el Rey, dimite Rubalcaba, ¿dimite Duran i Lleida? En realidad no dimite nadie, todos pseudodimiten.
Añade que:
El Rey abdica con el mismo grado de credibilidad con el que accedió al trono; entonces no era nadie, ahora ha dejado de tener el brillo que lo aupaba a la mayor valoración social y que hizo de irredentos republicanos defensores a ultranza de su figura histórica.
Y concluye que:
Si Felipe VI quiere ser un buen rey, probablemente haya de propiciar su propia aclamación, que en palabras técnicas actuales significa dejar claro a la opinión pública que es su deseo ser refrendado.