Este jueves 19 junio 2014 Jaime González titula Dos hombre y un destino su columna de opinión en el diario ABC.
Justo en el instante en el que el reloj de la historia marcó la medianoche, repicaron las campanas del viejo carrillón de España. Sobre el último segundo del 18 de junio de 2014, padre e hijo –Rey y Rey– se fundieron en un simbólico abrazo para encarnar la unidad y permanencia de la Corona.
Añade:
Imagino a Don Juan Carlos susurrándole a su hijo: «Ni un minuto de descanso, ni el temblor de un desfallecimiento, ni una duda en el servicio a los españoles y a sus destinos».
Y concluye:
Don Felipe era un crío cuando su padre pronunció aquellas palabras: «Debes llevar tu cruz de Rey con honra y con nobleza». […] Aquel chaval es hoy Felipe VI. Y la Corona, una guirnalda de espinas.
