Ayer abdicó un Rey. No es algo que se ve todos los días. Y en España no lo habíamos visto nunca nadie, con la excepción de aquel acto, casi íntimo, de don Juan a favor de don Juan Carlos. Pero aunque los monárquicos lo perciban de otra manera, lo cierto es que no había reinado nunca. Ahora sí lo hemos contemplado en vivo y en directo. El fin de un reinado, que pocos veían perdurable y transmisible, y el comienzo de otro que se iniciará donde corresponde en las monarquías parlamentarias, o sea en el Congreso de los Diputados, donde reside la soberanía popular allí representada. Porque en democracia el “soberano” es el pueblo y el rey ha de acatar y jurar sus leyes, o la Constitución.
De todo ello hemos hablado, debatido y discutido y seguiremos haciéndolo aunque uno espera que tras el entronizamiento baje un poco el tumulto. Que se serene el debate y que si es menester se afronte la situación, por ley, por derecho y como se debe hacer. O sea, que cuando toque esa reforma constitucional, que cada vez más entendemos necesaria, toque también la cuestión de la monarquía. Y si hay que votar pues votaremos lo que entendamos que procede y conviene.
Algunos quieren atajos. Porque votos han podido contar con pocos y tan solo con cierta algarabía, aunque algo desvaída, en la calle. La campaña republicana se salda con bastante fracaso a pesar de la agitación sostenida en algunas tertulias televisivas. La clave ha estado en que más que hacer una propuesta trasversal, asumible por una mayoría social y de amplio espectro ideológico, la cosa ha quedado sesgada en una ultraizquierda apoyada tan solo por el separatismo más compulsivo. En la retina queda como remate esperpéntico que en un ratito en el Senado nos propusieron proclamar no ya la III Republica, sino tres republicas a la vez: la “popular” de IU, la catalana de los secesionistas de ERC y la vasca de los filoetarras de Bildu. Las vísperas monárquicas no podían encontrar mejor aliado.
(Publicado hoy en los diarios del grupo Promecal. Colgaré despues el proximo sobre el discurso del nuevo Rey)