Este sábado 28 junio 2014 Lucía Mendez titula Felipe González a las FAES su sección Asuntos Internos en el diario El Mundo.
Felipe González, aquel líder político que enamoró a un país entero con la fuerza de su discurso, de su carisma y de sus convicciones, no se ha limitado a envejecer físicamente como todo el mundo. Ahora es otra persona. Irreconocible, tanto en sus rasgos físicos como en la química que desprende.
Añade:
Donde había un hombre desprendido a quien nunca le interesó el dinero, hay ahora un asesor de los millonarios del planeta. […] Es uno de esos hombres de Estado que han llevado al Estado a la situación comatosa en la que se encuentra y ahora quieren preservar lo que queda.
Y concluye:
González no para. Trabaja más que cuando era presidente en ejercicio. Y tiene muy diversificadas sus actividades. Por la mañana resuelve una crisis en cualquier país centroamericano, a mediodía salva la Monarquía española después de tomar el aperitivo con cualquier banquero o empresario, a la hora de la merienda dispara contra Pablo Iglesias por bolivariano, después se da un garbeo por Gas Natural -donde se aburre aunque cobra 126.000 euros al año- y por la noche se sube a un púlpito donde los demás cenan, mientras él pone a parir al PSOE, que es su partido.