LA BALSA DE LA MEDUSA Mordiscos su columna La balsa de la medusa en el diario El Mundo.
Me da pena ese chico, Luis Suárez, el futbolista de los goles y los mordiscos. Es un excelente jugador, y ha sido sancionado con severidad por el organismo incompetente. Tiene la manía de morder a sus rivales, generalmente sin ninguna necesidad. Es lo que tienen las manías, que se obedecen a sí mismas sin obedecer a una necesidad. Bueno, la necesidad consiste en satisfacer la manía.
Añade:
No digo que su comportamiento no cause heridas y que no merezca un correctivo, pero hay tantos jugadores sucios, cerdos y peligrosos en el fútbol que un mordedor sin malicia no me parece el peor de todos ellos ni, con permiso de sus víctimas esporádicas -que ya son varias-, el caso más urgente a resolver.
Y concluye:
Fiel, como de costumbre, al periodismo de investigación, he averigüado algo interesante sobre Luis Suárez. Su hijita mayor se llama Delfina, y tropezamos con que los delfines suelen tener, de ordinario, unos doscientos cincuenta dientes y muerden de lo lindo. Veremos cómo evoluciona la cosa.