PEDROJOTA RAMÍREZ

«No me gusta la valla de Melilla, pero mucho peor es la de carácter invisible de listas cerradas y bloqueadas de la clase política»

"No me gusta la valla de Melilla, pero mucho peor es la de carácter invisible de listas cerradas y bloqueadas de la clase política"
Pedrojota Ramírez. PD

Este domingo 29 junio 2014 Pedrojota Ramírez titula Valla nuestra que estás en Melilla su Carta de un arponero ingenuo en el diario El Mundo.

Contemplando la valla que ahora festonea y zurce herméticamente ese perímetro es imposible sustraerse a la ironía de que la misma Melilla a la que nadie venía hace menos de dos siglos sino como soldado o presidiario, este lugar inhóspito convertido para los padres de la libertad en una cárcel sin escapatoria, haya engendrado en su derredor una ciudad tan próspera y un objeto de deseo tan acuciante para decenas de miles de magrebíes, sirios y subsaharianos, por su condición de española y europea, como para tener que protegerla de las avalanchas humanas que recurrentemente tratan de perforarla.

Añade:

«Para nosotros el tiempo es petróleo», explica ante mi sorpresa el fornido y afable coronel Martín Villaseñor, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, mientras me muestra en uno de los puntos más conflictivos la ya triple morfología de la valla. La primera pared alambrada es la que alcanza los seis metros e incluye la polémica concertina que acuchilla a quien no la sortea con cuidado. Tras ella está la sirga tridimensional que recuerda a los caballos de frisa que servían para atrincherar posiciones en las guerras convencionales. Luego viene una segunda pared de alambre y antes de topar con la tercera y última queda un pasillo de apenas un metro de ancho que es en el que se despliegan los agentes cuando se producen los asaltos.

Y concluye:

El último invento para hacérselo más difícil es la llamada «malla antitrepa», un recubrimiento de rejilla cuadriculada tan tupido que no permite introducir los dedos de las manos o los pies. Por ahora está dando resultado y frente a los 1.500 sin papeles que pasaron en los saltos de primeros de año, la cifra se ha reducido muchísimo en los últimos meses. Pero algunos agentes me explican que las mafias que controlan las avalanchas ya están inventando unos ganchos para agarrarse a esa malla y que el verdadero problema reside en las fuertes restricciones bajo las que ellos actúan. Sobre todo tras la muerte de los 15 ahogados en Ceuta cuando la Guardia Civil disparó pelotas de goma contra los que trataron de entrar a nado. […] Hace 15 años no había ningún tipo de valla y fue hace menos de diez cuando hubo que reforzarla en serio. Si no existiera ese obstáculo, la Melilla de hoy quedaría destruida por una incontrolable avalancha de africanos y no es un invento local sino la expresión de la política de inmigración de la Unión Europea. […] No me gustan las vallas, pero no hay ninguna democracia que no restrinja el acceso a su territorio y, ya que tenemos esa, mucho peor es la de carácter invisible tras la que la clase política de las listas cerradas y bloqueadas defiende, atrincherada en la carrera de San Jerónimo, sus privilegios.

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