Este 4 de julio de 2014, escribe Kiko Méndez-Monasterio en la Gaceta una columna titulada ‘No recuerdo lo que hice el último verano’ en la que arranca diciendo:
De la monotonía casi siempre nos rescata una desgracia, así que no es prudente desdeñar los placeres que puede proporcionarnos el tedio
Añade que:
Dios, que creó el domingo y el verano, sabe que en algún momento hay que parar, tomar un respiro, convalecer en un jardín, apagar el móvil, darle importancia a la tarea callada del sol, que no hace más que regalarnos días y no se lo agradecemos nunca.
Y concluye que:
Para asegurar el descanso y la paz uno no debe prestar atención a las provocaciones del mundo