Este 4 de julio de 2014, escribe Emilio Campmany en Libertad Digital una columna titulada ‘El súbito amigo guineano’ en la que arranca diciendo:
Yo no sé qué pasa en España que los de arriba están permanentemente sometidos a la irresistible pulsión de ser amigos de quienes exportan petróleo
Añade que:
Cuando José Luis Rodríguez Zapatero, a quien Dios confunda, ganó las elecciones se inventó una cosa, la Alianza de Civilizaciones, que era una especie de estadio superior del Diálogo de Civilizaciones salido del caletre de Jatamí, ese ayatolá tan simpático que vino una vez a España.
Y concluye que:
Teníamos olvidada durante lustros a la pobre Guinea Ecuatorial, nos limitábamos a dar un modesto y discreto asilo político al opositor Severo Moto; pero ha sido aparecer allí petróleo y mejorar súbitamente las relaciones con el dictador