En Europa las idioteces amparadas por lo políticamente correcto no tienen fin. Ahora un lobby feminista (al menos se visten para hablar) quiere más mujeres en los consejos de administración, no menos corrupción, no más dividendos para las accionistas, no mejor gestión, no más transparencia en las retribuciones de la alta dirección…
Ante tanta estupidez, empiezo a pensar que los liberales tienen razón: el Estado de Bienestar permite a mucho vago, gorrón o totalitario vivir a costa de los demás. Si tuvieran que ganarse la vida en serio, sin subvenciones ni cuotas, no tendrían tiempo para perderlo en auténticas estupideces.
A España ha llegado Paridad en Acción, un lobby feminista que manda a sus activistas a las juntas de accionistas para reclamar en el turno de preguntas que los consejos de administración nombren a más mujeres. Nada más. En españa esa función la hace la abogada Katharina Miller.
El País la entrevistó con motivo de su aparición en la junta de Telefónica. Que esta multinacional sea o haya sido el enchufe para Eduardo Zaplana, Javier de Paz, Iñaki Urdangarín, el marido de Soraya Sáenz de Santamaría o la esposa de Eduardo Madina, a Paridad en Acción y a Katharina Miller no les importa nada. Sólo quieren más señoras en el consejo de administración. Tampoco preguntan por la estrategia de la empresa, como sus compras o como la sorpresiva suspensión del dividendo hecha por César Alierta después de prometer que lo mantendría. Eso no es lo importante, ¿verdad?
¿Y qué mujeres se colocarían en los consejos? ¿Mujeres humildes, sin apellidos compuestos ni fortuna familiar, o mujeres como Ana Patricia Botín o Alicia Koplowitz? Supongo que Katharina Miller estará muy contenta por que el presidente de Enagás, nombrado por Zapatero, propuso a la última junta de accionistas el nombramiento de tres nuevos consejeros, de los que dos son mujeres: Isabel Tocino y Ana Palacio, dos ex ministras del PP y por supuesto super expertas en gas natural. Sus méritos para estar ahí le importarán un comino. Lo importante es su sexo. ¿Son mujeres? Pues viva la Pepa.
Hace unos días, el 30 de junio, la periodista Joana Bonet publicó en el diario franquista La Vanguardia una columna elogiosa para Paridad en Acción y Katharina Miller. (¿Seguro que no influyó en la elección del tema de la columna su sexo?) Y el articulito acababa así:
Según Miller, la empresa más comprometida con la paridad es FCC, donde hizo una intervención el pasado lunes en Barcelona. Pionera en planes de promoción de las mujeres, la presidenta de la compañía, Esther Alcocer, le respondió: «Incluiremos medidas que favorezcan la diversidad e igualdad en nuestros órganos de dirección y de gobierno…, en ese empeño pongo mi palabra». España ocupa la posición 23 de los 27 países de la OCDE. Dicen sus informes que el desempleo femenino es la razón de su bajada. La excusa de la crisis también para esto. Incluso cuando la desigualdad tiene una incidencia tan negativa en la cuenta de resultados.
¡Menudo ejemplo han esocogido estas feministas de moqueta! Esther Alcocer Koplowitz está en la presidencia de FCC porque su mamá es la dueña de la empresa, no por su valía, que ahora tienen que demostrar. Y encima FCC tuvo en 2013 unas pérdidas históricas (1.500 millones de euros) y está en riesgo de concurso de acreedores.
O sea, que Paridad en Acción propone como modelo de paridad entre sexos a una empresa pésimamente gestionada, que ha despedido a miles de empleados y ha hecho perder cientos de millones de los accionistas. ¡Pero lo importante es que la preside una mujer!
Esta estupidez es como la que dijo Zapatero sobre su Gobierno paritario: que las mujeres que en él había, Las bibianas, pajines y mariteres, eran de lo mejorcito de España.
P: En una reciente entrevista, concedida al periódico norteamericano, The New York Times, usted se ha confesado profundamente feminista y ha constituido el primer gobierno paritario de la historia de nuestro país. Pero, ¿qué significado tiene un Gobierno paritario, aparte de un mayor protagonismo de las mujeres?
R: Significa un compromiso con lo prometido, y un mensaje a toda la sociedad sobre la necesidad de caminar en esa dirección en todos los ámbitos de la misma. Pero también quiero subrayar que son miembros de mi Gobierno por su capacidad, por su excelente preparación, por su compromiso con las políticas que llevan a cabo y por su ilusión de aplicarlas en beneficio de toda la colectividad.
Este Gobierno paritario es el que nos arruinó. ¿Qué culpa tuvieron en el desastre las mujeres?
Y luego los hay que critican las monarquías absolutas. Al menos los aristócratas del Siglo de Oro ponían dinero de su bolsillo para pagar ejércitos y se jugaban la vida en las guerras.
Desde hace muchos años, la socialdemocracia es el apoyo político favorito del capitalismo. Ahí está George Soros apoyando con donativos y otros medios a los demócratas de izquierdas. Y el feminismo está en lo mismo: no pone en duda el funcionamiento de la oligarquía financiera, sino que la legitima al pedir sólo que entren mujeres ricas en el reparto.
Ah, en PRISA, empresa propietaria de El País, el número de mujeres en el consejo es de tres entre 17. Me pregunto si Patricia Gosálvez preguntó a Katharina Miller si tenía había acudido a la junta de PRISA…
Es lo que enerva de los progres: exigen a los demás que nos apliquemos conductas y normas que ellos no cumplen.
CODA: Para mí lo progresista, para mujeres y hombres, es imponer a la oligarquía de los ejecutivos (¿quién les selecciona?, ¿quién les vigila?, ¿quién fija su salario?) este tipo de controles: los suizos decidieron en referéndum que sean los accionistas y no los propios directivos los que decidan sobre sus remuneraciones.
¿Qué más me da que haya más mujeres que hombres en un consejo si se lo llevan crudo, como en Pescanova?
