Este 7 de julio de 2014, Jesús Cacho escribe en Vozpópuli una columna titulada ‘Nin o la muerte del hombre impaciente‘ en la que arranca diciendo:
Hace falta valor, mucho valor, para enfrentarse en España a los grandes capos que desde el principio de los tiempos dirigen las empresas del Ibex como si de cortijos de su propiedad se tratara.
Añade que:
A Nin le ahogaron las prisas. Los desacuerdos puntuales sobre aspectos concretos del negocio se fueron transformando con el paso del tiempo en una abismal diferencia cultural, una visión del mundo imposible de armonizar.
Y concluye que:
Nin solo ganó una guerra, que se sepa, en sus 7 años de lugarteniente en La Caixa. Fue su negativa a aceptar el empeño de Fainé por prestar cristiana sepultura al Banco Popular mediante una fusión por absorción.