Este 1 de septiembre de 2014, Esther Vivas escribe en Público una columna titulada ‘¿Comercio justo en el supermercado?‘ en la que arranca diciendo:
A pesar del oxímoron que significa «supermercado justo», donde el primer concepto anula el segundo y viceversa, numerosos son los casos de grandes cadenas de distribución que cuentan en sus lineales con productos certificados como justos y solidarios.
Añade que:
Carrefour, Alcampo, Eroski y El Corte Inglés son algunos de los que más esfuerzos dedican a dotarse de una imagen «equitativa y responsable» a partir de la comercialización de estos productos.
Y concluye que:
El comercio justo es utilizado como un instrumento de marketing y de lavado de imagen, tras el cual se esconde la precarización de los derechos laborales, el sometimiento del pequeño agricultor, la promoción de un modelo de consumo irracional e insostenible, un negativo impacto medioambiental y la competencia desleal al comercio local.