Este 3 de septiembre de 2014, Ignacio Camacho escribe en ABC una columna titulada ‘La retaguardia quebrada‘, en la que valora la situación actual del ex Honorable, Jordi Pujol. Así arranca su pensamiento:
PONGAMOS que existe una duda razonable: la de si el Estado usó el rectoscopio con Pujol para desestabilizar su liderazgo en el desafío independentista o fue el ex Honorable quien, como sugiere Montoro, se lanzó por la pendiente del soberanismo cuando sintió cerca el aliento de los investigadores fiscales.
Para finalizar, Camacho casi se apiada de la figura ahora maltrecha de Pujol:
Si no fuese por la gravedad del asunto, por su enorme impacto sobre la convivencia de ciudadanos españoles, la situación de este Pujol acorralado, desacreditado y malquisto, casi daría cierta pena. Un líder moral repudiado, un prócer del régimen destruido, un respetable anciano de la tribu devorado por los shakespeareanos demonios del poder, del dinero y, ay, de la familia.