Este 12 de septiembre de 2014, escribe Xavier Horcajo en La Gaceta una columna titulada ‘Botella, causa finita’ en la que arranca diciendo:
La vida es a menudo cruel. Lo ha sido con Ana Botella, su primer problema fue ser la esposa de Aznar. Aquello ya le granjeó penosas animadversiones, incluso de distinguidos alcaldes «conmilites» populares.
Añade que:
La señora Botella no cae bien. Ha cometido errores, sí. No muchos, e incluso no directamente. Lo peor es que se le supone una inmensa antipatía del público. No es verdad que sea por el Madrid-Arena. Quizá porque se metió aquel problema en el bolso de marca y se fue de fin de semana lejos de Madrid.
Y concluye que:
La renuncia de Botella se fraguó en esos contactos secretos entre Rajoy y Esperanza Aguirre.
