Raúl del Pozo escribe este 24 de septiembre de 2014 su columna ‘Barcelona: picos contra ‘mossos» en El Mundo:
Después del brote de sosiego del verano hierven otra vez las tertulias de Madrid, organizadas como clubes de jacobinos y no como círculos (círculo recuerda al casino burgués de provincias). Acabo de venir de una de esas tertulias de profesores, políticos y economistas. «Once veces desde 1422, cuando el Compromiso de Caspe -dice el catedrático de los catedráticos con una copa de rosado en la mano-, han proclamado la independencia en Cataluña. Once veces, 11 fracasos».
Sigue:
Alguien llega con el rumor de que se está urdiendo un pacto para desactivar la independencia, que pasaría porque Pujol desmontara la revuelta asegurando el blindaje legal de su familia, y Mas también quiere entrar en el trato. «Cuidado con los pactos construidos sobre la corrupción -explica el economista-, los que se hacen para tapar el vertedero. Luego se extrañan de que surjan con éxito partidos incendiarios de la noche a la mañana».
Continúa:
Hay miedo a que en Barcelona llegue el desorden. Decían los cronistas que los nervios catalanes están menos excitados que los nervios de Castilla, tierra áspera y amarilla. Su vino no es tan pendenciero, pero alguien recuerda que hay mini hordas violentas y que eso de que los catalanes son menos violentos lo desmienten las semanas sangrientas y la Ciudad de las Bombas.
Finaliza:
Ese sería el momento peligroso si se formara aglomeración, taponamiento o escudo humano para impedir el relevo de mando». Pero todos apuestan porque se va a desmontar la intentona sin recurrir a ningún acto violento. Somos hermanos.