Bokabulario

Felipe VI y ABC, rendidos al Imperio Progre

Algún lector me ha dicho que eso del Imperio Progre es una exageración mía, que cómo puedo pensar que la progresía controla el debate público cuando la mayoría de los medios de comunicación son de derechas…

Quien quiera comprender el poder inmenso del Imperio Progre en la mente de los españoles no tiene más que hojear los periódicos de esta semana que aún no ha acabado.

– El rey Felipe VI pronuncia en las Naciones Unidas un discurso sobre el calentamiento global, ahora llamado cambio climático, que podría haber salido de la boca de Zapatero, cuando dijo eso de que el cambio climático causaba más muertos que el terrorismo internacional (o sea, el islámico).

Detrás del ascenso de unos pocos grados de temperatura, están en juego vidas humanas y la continuidad misma de nuestras sociedades.

– Nadie replica a la entrevista de Stephen Hawking en la que afirma que no existe Dios, escrito ya con minúscula, desde que lo empezó a hacer el Darth Vader del Imperio Progre, Juan Luis Cebrián. En cambio, los sacerdotes de la secta atea, algunos de los cuales también militan entre los calentólogos, como Antonio Ruiz Elvira, aparecen en todos los medios (por ejemplo, Onda Cero) apoyando a su papa.

La mejor crítica a las palabras de Hawking (que dijo hace unos años que nos podían invadir extraterrestres hostiles) se la he leído a Juan Carlos Girauta en un tuit:

La entrañable ingenuidad del cientifista Hawking: «Ningún aspecto de la realidad está fuera del alcance de la mente humana». Cuestión de fe.

Hawking sustituye la fe en Dios por la fe en él.

– Un supuesto socialista del PSC, Miquel Iceta, publica un artículo en el que propone arrebatar a los ciudadanos la elección del Senado y entregársela a los políticos y también propone una confederación y la consagración de las diferencias entre los españoles. Y nadie le replica, ni en su partido ni fuera de él; nadie le hace ver sus contradicciones ni le hace leer el discurso de Ortega y Gasset contra la federalización de España.

– El PP retira el proyecto de mini-reforma del aborto y en el ABC David Gistau se alegra de que se pueda ser de derechas y abortista.

Resulta un alivio que el PP haya reñido con el PP, aunque sólo sea para demostrar que el fondo sociológico de ese partido es más complejo y diverso que el retrato-robot que le trazan los adversarios. Lo escandaloso habría sido que el PP permaneciera impasible, conforme en su totalidad, después del impacto de una reforma regresiva…

Otros columnistas supuestamente de derechas o cristianos, como Enric Juliana, Ignacio Camacho y Victoria Prego, lo reducen todo a las encuestas de Arriola y a la impopularidad. Sólo uno ha criticado el aborto.

Bueno, después de que escuché hace unos meses a un deforme defender el derecho de las mujeres a abortar, que de existir cuando él nació habría supuesto con un 99% de seguridad que a él se lo hubiesen cargado, pocas cosas me pueden sorprender. Siquiera por egoísmo (pago de pensiones, gente a la que vender o alquilar viviendas) la sociedad actual debería plantearse reducir (no digo siquiera prohibir) el horrible número de 120.000 abortos anuales. ¿De verdad nos creemos que en España hay 120.000 mujeres que no pueden dar a luz porque pasan necesidades… o la fuerza que mueve a esas mujeres a abortar es más profunda que el mero cálculo económico.

Como he leído aquí, la mejor columna del día es la José María Marco en La Razón, porque analiza la renuncia de la derecha política (UCD, AP y PP) a dar la batalla de las ideas.

Pensar que se iba a alcanzar un pacto en un asunto como el del aborto, y a partir de la propuesta retirada, resultaba de una frivolidad asombrosa. En realidad, esta actitud revela una de las dimensiones psicológicas y morales más características de nuestro centro derecha. Es su profunda inseguridad. El centro derecha político español dio por perdida desde el principio de la democracia la posibilidad de mantener una posición propia sobre muchos de los aspectos relevantes de la realidad cultural, social y política.

Conclusión: En España no existe ágora, sino corral.

PD: No comprendo la fe misionera de los ateos. Si no existe nada después de la muerte, si sólo somos monos (o cerdos o amebas) evolucionados, ¿a qué viene su pasión por convencernos de sus ideas, sean o no verdaderas? Comprendo que un ateo pugne por quedar libre de la coacción del resto de los humanos y de los Estados, pero, ¿por ser misionero y difundir la buena nueva atea?

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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