Este 1 de octubre de 2014, escribe Antonio Casado en El Confidencial una columna titulada ‘PGE 2015: ¿qué recuperación?‘ en la que arranca diciendo:
Los Presupuestos Generales del Estado son como las promesas electorales. Se hacen pero no se cumplen. Y, por supuesto, las intenciones políticas que dan vidilla a las grandes magnitudes, y las pequeñas, son de traducción libre.
Añade que:
Los verdaderos hacedores de la llamada «competitividad», gran seductora de esos mercados que, según los expertos, vuelven a confiar en nuestro sistema productivo. Antes devaluábamos la moneda para mantener las apariencias y ahora devaluamos los salarios. Antes pagaba los platos rotos el trabajador (inflación) y ahora también (empobrecimiento).
Y concluye que:
Lo que nos faltaba es que la recuperación económica, aireada por el Gobierno en vísperas de un 2015 marcado por las elecciones territoriales y generales, venga a resultar tan falsa como la recuperación social.