La Marea de Pérez Henares

Una izquierda abducida por el nacionalismo

La izquierda española lleva abducida por el nacionalismo desde, y quizás por su culpa, el franquismo y con la democracia no ha hecho sino ahondar en esa genuflexión ante la ideología más reaccionaria de Europa a la que ha dado patina y carnet de progresista. Un contrasentido ideológico, pero una realidad evidente, y ahora más que nunca en nuestro país, y que ha acabado por normalizar lo que es una aberración en términos de principios y pensamiento.

Fue el franquismo triunfante, pues la posición de los nacionalistas durante la II República no solo dejó mucho que desear sino que llegó a ser de verdadera traición , la proclamación de la independencia y sublevación en Cataluña o los intentos vascos de pactar con el Dictador, quien unió en la causa común con la dictaduras a izquierdas y nacionalistas. Algo condensado en la pancarta y el grito más repetido y hoy olvidado interesadamente: “¡Libertad, Amnistía y Estatuto de Autonomía!”

Conseguida la democracia, reestablecida la soberanía del pueblo español como fuente de todo poder y consagrado ello en la Constitución del 78, votada con entusiasmo y convencimiento por una inmensa mayoría de la población, se fue ahondando en un proceso donde la izquierda fue doblando la rodilla de sus postulados ante el nacionalismo cada vez más ávido hasta llegar a convertirse en su báculo, después de su cómplice, el caso de los Maragall catalanes es paradigmático- o , por utilizar un término marxista en “tontos útiles” donde son ejemplos preclaros José Montilla y José Luis Rodríguez Zapatero quienes aceptaron rendir la soberanía nacional al troceo y expolio por el separatismo.

Pero si esa fue la deriva del PSOE la del viejo PCE e IU fue aun peor y más veloz y entreguista. Directamente pasaron a suponer que hay en España pueblos yugulados y oprimidos, colonias, pues, y a partir de ahí el disparate lleva a pactos y connivencias verdaderamente alucinantes y comprensiones “emocionales” de actividades y actitudes como las de los actuales jerarcas de Bildu que no pueden resultar desde el punto de vista de los derechos humanos, encabezados por el de la vida y el de la libertad, vomitivas. En parecidos parámetros, y aún peores, se mueve en este sentido el magma de Podemos cuyos arrimones a los tentáculos políticos de lo más aterrador del Pais Vasco parecen entenderse como normales por parte de quienes parecen haber olvidado los años de sangre, secuestro y asesinato que causaron cerca de 900 muertos. Equiparando de un plumazo y por simpatía ideológica, victimas y verdugos.

Así hemos pasado a suponer que hay un nacionalismo de izquierdas y otro algo más de derechas, pero ambos progresistas en esencia y cuyos axiomas son asumidos como parte del cuerpo de doctrina de la izquierda, algo que se proclama en estos días, aunque se percibe algún intento por parte del PSOE de salir de ese marasmo.

Lo primero que se clama es por el derecho a decidir. Un derecho expropiador, contrario a la soberanía del pueblo español y en la antípoda de un pensamiento igualitario y de izquierdas. Si cada cual coge ese presunto derecho, como pretenden desde ciertos alcaldes socialistas catalanes, pasando por Uxue Barcos, BNG, IU, los podemitas y hasta Bildu, y por todas las tierras de España y cada cual puede decidir en lo suyo sin contar con los demás . Euskadi, Galicia,, Andalucia, Canarias y hasta 17 y porque no mi Alcarria, ¿en que puede “decidir” España y los españoles? ¿Qué derecho a decidir nos queda, que decidimos los españoles, que supone ser ciudadano español? ¿a que se reduce del pueblo?.

Pero hay una segunda deriva, tan procaz como la anterior y está en el supuesto agravio y el motivo por el que se pretende la independencia y que resulta ser la expresión máxima de la insolidaridad y lo más alejado a la idea de justicia, reparto e igualdad de la izquierda. Porque lo que dice un supuesto hombre de “izquierdas” como Junqueras &Cia es, simplemente, que quiere separarme porque soy más rico, no quiero que haya distribución con los mas pobres y como independiente viviré mejor y en la opulencia. ¿Dónde existe aquí algo que tenga que ver con los principios de izquierdas?

Pues en ello seguimos. Pedro Sánchez intenta, y se le reconoce, escapar de ese cepo, pero no acaba de atreverse y tras enunciarlo luego se queda en la equidistancia que hace que todo su discurso se convierta en humo y ceniza. De inmediato culpa por igual a quienes pretenden expropiar los derechos ciudadanos de los españoles de quienes los amparan, a quienes pretenden descuajar la viga maestra de nuestra democracia y nuestra convivencia con quienes la defienden aunque se equivoquen en tiempos y formas. Y así se equipara en responsabilidad a Mas y los separatistas que quieren violar la constitución con quien la defiende, que es el Gobierno y que son ellos mismo, pero un poco de perfil y al bies. Y ¿ por qué? Pues porque en España hemos convertido en progre al nacionalismo, porque nuestra izquierda está abducida por el nacionalismo. Y no se quiten del teléfono con lo que está pasando en canarias que viene a ser lo parte de esto mismo.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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