Este 9 de octubre de 2014 escribe Ely del Valle en El Semanal Digital una columna titulada ‘El desastre de la rueda de prensa de la ministra de Sanidad’ en la que arranca diciendo que:
Pocas veces tenemos la oportunidad de ser testigos de una coreografía más desastrosa que la de la rueda de prensa de la ministra de Sanidad para dar explicaciones sobre el caso de la auxiliar de enfermería contagiada por el virus del Ébola y en la que más que transmitir serenidad, los actores dieron la sensación de estar a por uvas.
Añade que:
Si a eso le añadimos la imagen de una ministra vestida de negro y de un director de atención primaria de la Comunidad de Madrid descompuesto y sudando la gota gorda, reconocerán conmigo que ni el contenido ni la puesta en escena invitaban precisamente al sosiego.
Y concluye que:
La responsabilidad de todo político es hacer las cosas a su debido tiempo y sobre todo bien, independientemente de la presión a la que les sometamos la opinión pública y los medios de comunicación, y lo cierto es que con esa desastrosa rueda de prensa, titubeante e improvisada, Ana Mato no solo no ha ganado puntos para su causa sino que ha demostrado, una vez más, que tan malo es quedarse corto como pasarse de frenada.
